Desde el siglo XVIII el Estado palestino siempre ha sido federal. El nuevo
líder elegido deberá beneficiarse del reconocimiento no sólo
de cada ciudadano sino de todas las facciones palestinas. Hace dos días
la dirección palestina eligió a cuatro hombres que se repartirán
el poder hasta que haya elecciones. Uno de ellos será el sucesor
del rais (el libertador), aunque, algunos expertos, no descartan una elección
inesperada. Como estaba previsto, Ruhi Fatuh, presidente del Consejo Legislativo
de la ANP, juró ayer el cargo de jefe de Gobierno para los próximos
60 días, tal y como dice la Ley Básica, por la que rige legalmente
el asunto sucesorio. La batalla por la sucesión está definitivamente
abierta con dos hombres situados en primera línea: (Abú Mazen)
y Ahmed Qurea (Abú Alá) que se repartirán la mayor
parte de las funciones que desempeñaba Arafat. Sin embargo, la sucesión
se complica por la doble naturaleza del liderazgo palestino. Por un lado
están las instituciones de la ANP, que deberían gobernar sobre
Gaza y Cisjordania, y por otro lado la OLP, que dice representar a todo
el pueblo palestino.
Mahmud Abbas: Un líder competente pero sin carisma
Mahmud Abbas, cuyo nombre de guerra es Abú Mazen, nació en
1935 en Safad, al norte de Israel. Fue cofundador de al-Fatah y es el secretario
general de la OLP. Fue primer ministro durante cuatro meses en 2003, pero
dimitió por diferencias con Arafat. En ese mismo período,
su propio movimiento al-Fatah lo expulsó, con el respaldo de Arafat,
por no adoptar una postura lo suficientemente firme contra Israel. Abbas
ha sido uno de los dirigentes más competentes pero fue eclipsado
por las jefaturas militares de Arafat y sus lugartenientes responsables
de las partidas de fedayin. El no estar involucrado en la primera línea
de lucha de la causa palestina privó a Abbas de la popularidad de
la que gozaban otros líderes más carismáticos. Abbas
quedó confirmado como número dos de la organización
y sucesor oficioso de Arafat en 1996. Ahora tiene todo el poder en la OLP.
Sin embargo,no es muy popular entre el pueblo palestino, por sus supuestas
implicaciones en algunos casos de corrupción.
Amhed Qurei: El candidato de los comerciantes
Amed Qurei, más conocido como Abú Alá es otro de los
candidatos con más posiblidades para suceder a Arafat. Qurea nació
en Abu Dis, Jerusalén, en 1937 y ha sido el principal negociador
de las conversaciones de Oslo. Una de sus mayores contribuciones ha sido
la creación de un plan de desarrollo palestino que se presentó
al Banco Mundial en 1993. Es uno de los más fervientes partidarios
de volver a la mesa de negociación con los israelíes. En contra
de su candidatura influirá su poco atractivo entre el pueblo y la
falta de una maquinaria política propia. Su principal apoyo proviene
de la élite comercial de Cisjordania y Gaza, de la clase media y
de la oposición democrática. Abú Alá es quien
asumirá los poderes para el Gobierno en Cisjordania y Gaza, a la
vez que seguirá siendo el primer ministro de la ANP.
Ruhi Fatuh: Un jefe de Gobierno para la transición
Ruhi Fatuh se ha encontrado en la línea de sucesión por casualidad.
El hecho de que fuera el presidente del Consejo Legislativo de la ANP en
el momento de la muerte de Arafat, le ha aupado entre los poderosos, como
máximo 60 días, ya que la ley dice que automáticamente
se erige como presidente del consejo Legislativo de la ANP hasta que se
celebren elecciones. Miembro de la vieja guardia de Arafat, conocida como
el "clan de Túnez", Fatuh forma parte del Consejo Revolucionario
de al-Fatah. Regresó a Cisjordania tras la firma de los Acuerdos
de Oslo en 1993.
Faruk Kaddumi: El militante de la línea dura
El último en discordia es Faruk Kaddumi, quien desempeñaba
el cargo de jefe del departamento político de la OLP, y ha sido nombrado
jefe de al-Fatah. Este grupo está considerado como el brazo militar
de la organización. Kaddumi es calificado por los analistas como
un militante de la línea dura. En 1993 manifestó su oposición
a la firma del Acuerdo de Oslo y prefirió permanecer en Túnez
mientras sus compañeros viajaban para conformar la futura ANP. Después
de la muerte de Yaser Arafat, Kaddumi ha dicho que "la resistencia
es el camino para llegar a un acuerdo político".