Los restos mortales del presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, se enterraron en el recinto de la Muqata de Ramala en medio del fervor de miles de palestinos que acudieron a darle su último adiós. Tras la inhumación, la multitud comenzó a rezar, acompañada por los dirigentes palestinos, entre ellos el nuevo líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Mahmud Abbas, y el primer ministro palestino, Ahmed Qorei.
Tierra traída de la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén - el tercer lugar más sagrado del Islam - sepultó el féretro del presidente. Una bandera palestina y un pañuelo blanco y negro, la 'kefia' que le identificaba, fueron situados en la tumba de mármol blanco.
Fervor
Un helicóptero trasladó los restos mortales de Arafat desde
Egipto, donde se celebró el funeral, a su cuartel general conocido
comola Muqata. El aparato fue rápidamente rodeado por una multitud,
compuesta por miles de personas, que coreaba su nombre.
Los guardias de seguridad palestinos lograron, mediante disparos al aire
para alejar a la multitud, extraer el cadáver de Arafat del helicóptero
y situaron el ataúd en un vehículo que inmediatamente comenzaba
a avanzar, a duras penas, entre una densa multitud.
El cadáver de Arafat debía yacer en una capilla ardiente
antes del entierro, pero un responsable palestino explicó que tuvo
que ser llevado directamente a la tumba de mármol blanco, situada
a la sombra de los árboles porque "la emoción de la multitud"
no permitía la primera opción.
Acto oficial
Estas escenas multitudinarias y caóticas en Ramala contrastaron
con el funeral oficiado en El Cairo, donde se mantuvo al público
fuera de la zona e incluso se negó la entrada por error a algunos
dignatarios extranjeros por el extremado celo de los guardias egipcios.
Entre los jefes de Estado árabes o musulmanes que acudieron figuran el rey Abdala de Jordania, el presidente libanés Emile Lahud, el tunecino Zine El Abidin Ben Ali, el yemení Ali Abdala Saleh, el esrilanqués Iajuddin Ahmed y el indonesio Susilo Bambang Yudhoyono.
Los países europeos estaban representados por sus ministros de Exteriores, includido el español Miguel Angel Moratinos, y por Javier Solana, alto representante de la UE para Política Exterior y Seguridad.
Estados Unidos ha enviado a un oficial del Departamento de Estado, al asistente del Ministerio de Exteriores William Burns. Israel no ha enviado a nadie. "No creo que debamos enviar un representante al funeral de alguien que mató a miles de los nuestros", ha dicho el ministro de Justicia israelí, Yosef Lapid.